jueves, 29 de octubre de 2009

Otra respuesta más

He recibido la respuesta de otra agencia. Es la siguiente:

Lamentablemente actualmente no podemos asumir más representaciones debido a la gran cantidad de autores que ya estamos representando. Aceptar nuevos escritores no nos permitiría atenderles con la calidad y atención que se merecen.

Muchas gracias por pensar en nuestra agencia para su posible representación y desearle muchos éxitos con su obra.

Y en la inopia en la que ando sumido toda la vida me hago preguntas, preguntas raras Pero que esperabais de mi.

La primera de estas preguntas es: Si una empresa encuentra un buen producto ¿Por qué no incluirlo en su catálogo de ventas? No quiero decir que mi electroescrito sea bueno, sencillamente que no lo saben. Pero habrá muchos buenos y sí que perderán oportunidades con esos escritores. Si las empresas me cuesta entenderlas a veces, las agencias de representación empiezan a ser algo oscuro para mí. O al menos con extraños criterios lógicos.

La segunda pregunta: una vez entras en una agencia de representación de estas ¿ya no sales salvo que te cojan robando el papel higiénico? Un poco me dan a entender que ya que los tienen cogidos, van a vivir de sus derechos, sean buenas o malas sus posteriores obras. Al menos viven de las glorias pasadas.

Pero bueno que a estas conclusiones llego yo sin saber cómo ni porque; aunque quizá sea culpa de que no le cojo el punto a la medicación.

Y la tercera pregunta: ¿Vosotros también escucháis voces en vuestra cabeza?

Seguimos a la espera de que alguien de un NO dentro de la lógica.
¿Por qué uso el plural para hablar de mí? Serán las voces

miércoles, 28 de octubre de 2009

Inconsciente que es uno

Si para todo tiene que haber un motivo, para mandar mi electroescrito a varias editoriales y agencias literarias también lo hay: la factura del taller de 316 euracos.

Sí, he decidido liberar el electroescrito titulado Las Ficciones del Asesino, y como soy un bocazas que todo tiene que contarlo, pues voy a hacerlo aquí.

Las Ficciones del Asesino es una novela, colección de relatos y microrrelatos al mismo tiempo. ¿Todo junto? Pues sí, es que yo soy un tipo del renacimiento, ya sabéis de esos que saben de todo y de todo mucho. En mi caso hablo perfectamente varios idiomas (español, castellano y argentino), puedo hablar de fútbol sin tener la mas mínima razón y además mezclar en 70 páginas varios géneros literarios. ¿Completito verdad? Pues otros piensan que estoy loco.

Lo dicho, tras ver la factura del coche - ¿quién iba a decirme a mí que un alternador es tan caro?- decidí encontrar fuentes alternativas de financiación una vez agotadas las primarias: familiares, amigos y puerta de las iglesias.

Como inconsciente que soy, busqué un listado de agencias literarias y editoriales y me dispuse a buscar diez de ellas en Madrid a quienes mandarles el siguiente correo pidiendo, educadamente, información sobre cómo funcionan esas cosas del publicar.

Muy buenas, seré breve en la medida de lo posible.
Me gustaría mandarle un manuscrito de 70 páginas (electroescrito en realidad), pero no sé si recibe tantos que uno más es una molestia, y tampoco sé en que formato los recibe para que sea cómoda su lectura.
Ruego me informe.
Cumpliendo mi promesa de brevedad no le robo más tiempo, muchas gracias por su atención.
Diego Llergo

Ya digo, lo mandé a diez entidades/entes o como sea que se llamen este tipo de cosas. Y juro por mi taza de café que lo mandé a las 23:37 de la noche, sin adjunto y pidiendo información únicamente.

Un día después he recibido dos contestaciones. Una de ellas me pide 100 eurillos para que alguien lea el electroescrito , lo evalúe, y decida a que editoriales se envía o si muere en el cajón de las tonterías. ¡100 euros! Mi madre lo lee gratis, lo tira al cajón de las tonterías y encima me hace un puchero que se caga la perra.

Ignoro si estas cosas funcionan así.

Pero lo más divertido fue la otra respuesta que me llegó a las 08:05 del día siguiente y que venía a decirme que han leído mi electroescrito y no se ajusta a su línea editorial. ¡No me toques las gónadas! Si resulta que no iba nada adjunto y estos ya lo han leído. Debe ser la magia de la literatura.